Seguros para museos: no sólo hay que proteger las obras de arte

En un museo pueden suceder muchas cosas y por eso los seguros para museos deben ser muy completos. Imaginemos que se produce un incendio en el museo, o que una persona cae accidentalmente sobre una escultura, o que un niño se lastima en un taller de arte o un abrigo se desgarra en el guardarropas; todas son situaciones muy distintas pero que tienen un denominador común: pasan en el museo y están cubiertas por seguros específicos para ese espacio.

Hay que diferenciar los seguros de museos de los seguros de obras de arte. Son cosas distintas, aunque un museo puede tener ambas. En este post hablaremos del seguro de museos porque del seguro de obras de arte ya hemos hablado bastante en este post y en este otro.

Los seguros para museos son los que cubren al edificio, a las actividades y a las personas que se encuentran dentro de los espacios del museo. Hay mucho que cubrir, ya que no sólo se exponen allí obras, también se realizan normalmente talleres, clases, visitas, celebraciones, eventos y muchas cosas más para cuyo desarrollo es perfecto ese entorno de arte que nos da un museo.

En resumen, un museo estará correctamente asegurado si tiene coberturas para:

-El edificio en sí mismo, es decir, el continente: paredes, suelos, techos, puertas, ventanas, vidrios, cerraduras, sistema eléctrico, sanitarios, rótulos y todas aquellas partes del edificio que no se pueden separar de él. Entre las coberturas más usuales se encuentran las de incendio, daños por agua, daños por fenómenos atmosféricos, actos vandálicos y cualquier otro tipo de daño al edificio, como por ejemplo el impacto de un vehículo en la fachada.

-El contenido del edificio: mobiliario, infraestructura, luminarias, maquinaria, ordenadores, elementos decorativos, material de oficina y todo lo que pueda contener el edificio. En este caso las coberturas más comunes son por robo, actos vandálicos y daños que puedan sufrir dichos elementos.

-Las personas dentro del edificio: personal del museo, visitantes y participantes de actividades. Se cubren para todos ellos los atracos y los daños personales.

-Los objetos personales de visitantes y personal. Estos elementos se cubren por robo o daños de diversa índole, como por ejemplo un desgarro accidental de ropa en el guardarropas.

-Las actividades que se desarrollan dentro del edificio. Aquí es necesario un seguro de Responsabilidad Civil para que tanto los participantes como los organizadores y empleados estén cubiertos por daños materiales o personales que se puedan provocar durante el desarrollo de la actividad.

Estos seguros se hacen a la medida del establecimiento, combinándolos según las necesidades que tenga cada espacio y las actividades que normalmente se lleven a cabo en él. Si quieres saber más sobre este seguro, puedes ir aquí o comunicarte con nosotros.

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